jueves, 10 de noviembre de 2016

CANTERA en Tabacalera. Cuarta exposición del curso (obligatoria).



Este martes 8 de noviembre, estuve en una exposición bastante peculiar, que presentaba Jose Carlos Rivera, en el edificio Tabacalera.







Tabacalera, la Antigua Fábrica de Tabacos de Madrid, es un edificio gestionado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte desde el año 2003, que se encuentra al lado del metro de Embajadores.



Comenzaré explicando mis sensaciones, desde que entré a la exposición, hasta que salí de ella.

Nos situamos en la entrada del edificio y nos disponemos a entrar a la exposición.

Siguiendo todo recto, subimos las escaleras de la entrada y pasamos las puertas de cristal, a la derecha nos encontramos a la recepcionista.

Me dispongo a preguntarle dónde podía encontrar la exposición "Cantera" que estaba buscando. La señorita me dice que volviendo a la entrada, a mano izquierda la tenía.

Me dirijo hacia allí y encuentro la puerta. Lo había visto de pasada, pero no pude imaginar ni por un momento que fuera aquella la exposición. Parecía una sala sin hacer, que estaba en obras.

Continuando mi curso, entro en la sala, y a mi izquierda observo esto:





Y lo primero que se me pasó por la cabeza fue: "¿Aquí vive un bagabundo?", pero el siguiente pensamiento me recordó que el arte intenta transmitir un mensaje, una sensación. Y quizás ese primer pensamiento, era de lo que iría la exposición, un reflejo de la realidad. Esto suena ahora bastante bien, pero al principio no tenía nada lo suficientemente claro. La organización resultaba bastante caótica, y hasta que no le das vueltas y lo estructuras en la cabeza, nada parece tener sentido. Es la magia de buscarle sentido al arte conceptual.


Continuando por la sala, justo al lado, había una mesa con unas hojas de opinión, y unas pinturas, pegada a una pared llena de pintarrajos; mensajes que iba añadiento la gente que pasaba a la exposición.
Al principio a esto tampoco le veía el sentido, me resultó bastante impactante, al ser la primera exposición que veo de este estilo.

Continué por la sala, en el centro había una vitrina, y luego cuento otra tontería que me resulto impactante.
Si continuabas caminando de frente, había otro espacio, donde se encontraban objetos cotidianos, pero colocados de una forma un tanto peculiar.

A la derecha, en la pared, se encontraban colgados unos cascos rosas, y unos pantalones. En la pared del fondo había una aspiradora, y a la izquierda, oculto por una columna, se encontraba una televisión con lo que parecía ser una secuencia de un videojuego bastante perturbadora. En esta secuencia se podía observar algo que más tarde trata el autor en otras habitaciones, el concepto de hombre que plantea la sociedad. 
En el videojuego se podía observar un hombre cambiando de salas, primero observando aun conjunto de hombres idénticos semidesnudos, y en la siguiente sala a si mismo cayendo al suelo y haciendo aspavientos, una mezcla entre un baile caótico, y un intento de levantarse.

No comprendería que es lo que intentaba transmitir hasta que viera los baños. Ahora más adelante los comentare. Aquí podéis observar la secuencia:











En la misma habitación, pasando el muro que había al fondo, donde se encontraba el aspirador, encontramos una proyección en el suelo, donde salía un video que se veía en el ordenador que había al fondo. En este vídeo se veía la vida cotidiana en una cola, que finalmente llevaba al ikea.
A la izquierda había un conjunto de botellas de cristal que recogían en su interior agua de lluvia de diferentes zonas de Madrid, diferenciadas con leves tonalidades distintas, unas más rojizas y otras más a verdadas. Esto representaba, según mi punto de vista, algo así como que en el mundo hay suficientes cosas que no somos capaces de ver, ni de aprovechar.

Pasando ya a la otra sala, se observaba esto:




Justo en el centro, una ristra de lavabos. (Sigo sin saber si esto formaba parte de la sala o de la exposición)

A la izquierda se podían observar tres puertas abiertas, las cuales daban a estos tres baños. Cada uno de un color. 

El primer baño estaba compuesto por una serie de imágenes de un hombre desnudo, pellizcandose la piel en las zonas de la tripa y el brazo. También se observaba un muñeco.


Primer baño, azul. "El cuerpo"

El segundo baño estaba compuesto por una serie de objetos. Tres trozos de plástico con la forma de unas barbas, en cada esquina del cuarto. Unos dibujos sujetos con pinzas de la ropa a la derecha, y justo en el centro, como se puede observar, un cuadro que contiene una camisa del Springfield manchada de café.


Segundo baño, amarillo. "Estereotipos pegados"

El tercer baño no le pude fotografiar, pero su color esta vez era el rojo, y en el se encontraban una serie de objetos pegados con cinta aislante, pero con mucha mayor cantidad de esta que en el anterior. De hecho, parecñia que los objetos se fundían en las paredes de cinta aislante. La mayoría de objetos se trataban de muñecos, coches de juguete, y en mitad del baño un balón de funbol desinflado. A este también lo he titulado "Estereotipos pegados".

Y esque analizándolo, comprendí que trataba, como comenté antes, del hombre que plantea la sociedad. Un hombre que debe de ser de una forma (azul), vestir de una manera determinada (amarillo), y tener una serie de aficiones comunes (rojo).

Esto sin duda es lo que más me llamó la atención de toda la exposición, y lo que más me gustó. Esto me hizo empezar a comprender de verdad por donde iban los tiros, cuál era realmente el mensaje que quería representar el artista.

Tras el baño rojo, había otro pequeño habitáculo, una sala pequeña y oscura, llena de trocitos de goma espuma, el que se usa en el interior de los paquetes de embalaje. Todos ellos distribuidos por el suelo, formando una gran montaña. 
Si nos adentrábamos un poco más hacia dentro, a la izquierda nos encontrábamos un ordenador que mostraba una página de pornografía. Esto me impactó bastante. Lo primero que se me pasó por la cabeza fue: "¿El guarda de seguridad se ha dejado sin querer la sesión abierta? Pero me di cuenta al instante de que formaba parte una vez más del mensaje en conjunto. Una vida encerrado en una caja, con tu mundo dentro.


"La caja de pornografía"

Ya tan solo me falta comentar el último recorrido, donde al final de la sala de los lavabos se podía observar una vitrina iluminada que mostraba los recortes de un mapa. Y por último la última sala, pero no la menos importante:



Donde trataba de mezclar una habitación japonesa (cuya parte no se puede observar en la imagen) junto con una habitación occidental. Separada por un mar de piezas que parecen un rompecabezas. Aquí dejo que le encontréis vuestras propias conclusiones.

Por último comentar, que al terminar la exposición, y volviendo hacia la salida, me gustaría comentar la tontería con la vitrina.
Antes de salir me interesó leer que ponía dentro de la vitrina, pero no me quería apoyar en ella por eso de que en las exposiciones no se toca nada. Aun así me salté las reglas, ya que ví un cartelito verde encima, en una de las esquinas de la vitrina que ponía "Tirar para abrir", y me transmitió tanta curiosidad que no pude resistirme.
Fui a apartar el cartelito, se cayó dentro. Mi cabeza dio un salto bien grande. Inocente de mi, acababa de descubrir que no había cristal de arriba, que estaba abierta y que contenía agua en el interior.
Dentro también había unas hojas en las que no me había fijado, en las que ponía cosas tipo: "Esto no es arte" o "Lo importante es que te haya sacado una sonrisa".
Y con esto, efectivamente, me fui muy feliz a mi casa, y muy orgullosa de haber presenciado esta exposición.

Como conclusión decir, que en mi opinión, todo ello es una alegoría a la sociedad actual. Sin ponerse desde un punto de vista positivo o negativo, solo transmitiendo las cosas más crudas de la realidad. Una realidad caótica (como estaba organizada la sala), una realidad materialista (videojuego, cascos de música, video de la gente comprando en el ikea, las botellas de agua embotelladas), una realidad donde hay que seguir unos estándares y unos ideales (como el de género, los baños), una realidad llena de ordenadores, que distorsionan y nos evaden de la realidad con videos, videojuegos o pornografía.



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