miércoles, 28 de septiembre de 2016

Ejercicios de la revista Harpers Bazar

                                     

Ejercicio de color del rojo
                                     


Ejercicio de color del amarillo




Ejercicio de color del azul



La cromofobia, el libro de color, anécdonas y cuestiones. Cuarta clase.

Comienza la clase con "Cromofobia", el libro del día.


La cromofobia es el miedo irracional o aversión a los colores.
Escrito por David Batchelor, critica el color, y lo expone de estorbo para la forma, como una amenaza y desorden para el mundo.
Este dato me pareció bastante curioso, puesto que a parte de ser una situación poco usual, me resultaba un término desconocido. Dándole vueltas al tema, no puedo llegar a comprender esta aversión a los colores. No por considerarla inexistente, como bien se dice, hay de todo en este mundo. Si no por resultarme bastante extraño como una persona puede llegar a ser incapaz de disfrutar de una increible puesta de sol, por ejemplo.
Por el contrario, si que es cierto que el abuso del color, puede llegar a ser excesivamente irritante.


Tras esta breve incisión, se comenta la frase del día: "No podrás sonreir al final, si no has sonreido durante el resto del proceso". Aportación de mi compañera Alba, gracias a la cual, mi mente comenzó a divagar momentaneamente sobre mis propios pensamientos. Sobre como muchas veces infravaloramos lo que hacemos, aunque sea lo que nos haga felices. Algo que me gustaría comentar al final de esta entrada, como conclusión, en relación a la clase y al curso en general.

Momentos después, la profesora comienza a a explicar la cantidad de trabajos que deberemos hacer de aquí hasta final de curso, algo que me estresó bastante.
La nota final de curso está compuesta por el blog, los ejercicios de color de la revista, el libro del color, el trabajo grupal sobre la investigación del color y un libro de la bibliografía.

Posteriormente comenzó a explicar como vamos a elaborar el libro de color. 
El libro de color se va a componer de 72 ejercicios, los cuales vamos a desarrollar cada uno de un color de la teoría.
Las primeras páginas van a ser páginas de cortesía. En las dos páginas siguientes, tendremos que dejar otra página de cosrtesía y en la página de la derecha, el título del libro, el autor y el año.
En las terceras páginas igual, a la izquierda la de cortesía, y a la derecha las dedicatorias. En las cuartas, de nuevo, dos páginas de cortesía. Llegando ya a la 5ª y 6ª página, donde se comenzarán los ejercicios.
Los ejercicios deberán de ser relaciones verbo icónicas con respecto a una historia que nosotros queramos tratar. Con respecto a este tema, había pensado tratar una historia que estoy desarrollando, a la cual he titulado: "El elicsir del tiempo". Una historia que data de un futuro postapocaliptico, donde la relación entre los personajes de la historia, cada uno de una época diferente, es crucial para el desarrollo de la trama. Pero todavía no lo tengo claro.

A la hora de la elaboración del libro, cada ejercicio podrá estar elaborado con diferentes técnicas, como la témpera, la acuarela o los acrílicos. Alejándonos de las tecnicas secas, puesto que resultaría muy complicado desarrollar un color por trazos de un lapiz, o muy sucio con técnicas como la del pastel o los carboncillos.

Las armonías del color que vamos a trabajar van a ir en este orden; En primer lugar, las nulicromías, negro sobre negro, blanco sobre blanco, y la escala tonal de grises. En segundo lugar, pasaríamos a tratar las monocromías; los colores primarios y secundarios, compuestos por ambos tipos de rojos, amarillos y azules en primer lugar, y en segundo lugar por ambos tipos de verdes, naranjas y violetas. Cada color como un ejercicio.
En tercer lugar, las bicromías, usando los colores "ideales" para los secundarios. El violeta ideal, naranja ideal y verde ideal, junto con los colores primarios, el amarillo cadmio, el azul ultramar y el rojo cadmio.
En cuarto lugar las tricomías, en quinto lugar las tetracromías, y así hasta las pentacromías, usando siempre los colores secundarios "ideales". Dejando por último lugar, la hexacromía, donde cabrán todos los colores de la paleta.
Tras esta rápida pero alargada explicación, junto con unas cuantas anécdotas que nos contó la profesora, esta dio paso a comentar que este próximo jueves 29, mañana, tendremos el primer examen de la evaluación, el cual tratará toda la teoría vista hasta ahora. La paleta básica, los colores adyacentes, los complementarios y los colores secundarios "buenos" y "malos".

La clase acabó pronto, y con una gran variedad de temas tratados, algo que tras comentarlo con la gente de clase, nos resultó un tanto lioso y agobiante. Muchos pensando que no superarán la asignatura por ello.

La conclusión que quería resumir es la siguiente.
Mientras te agobias con la cantidad de trabajos pendientes, mientras tus pensamientos se vuelven todos negativos, te olvidas realmente de lo que disfrutas preparando y llevando a cabo su elaboración. 
No dejaré de sonreir mientras los elaboro, y se que en un futuro, cuando mire hacia atrás en el tiempo, sonreiré y me alegraré por haber vivido esta nueva y bonita experiencia.






viernes, 23 de septiembre de 2016

Continuando con el color. Tercera clase.

La clase comenzó con la frase del día "No hay que dejar las buenas ideas en los cajones". De nuevo, otra frase que me hizo reflexionar y empezar la clase con buen ánimo.
La profesora comenzó mostrando unas diapositivas en las que se podía observar la teoría del color. A partir de aquí, comenzó comentándonos que las personas somos incapaces de definir el color en sí, que deberíamos de elaborar nuestra propia hipótesis desde la percepción. Algo que sin duda me resultó bastante extraño, a la vez que interesante. Es curioso como la ciencia avanza creando nuevos instrumentos cada vez más sofisticados, pero que a día de hoy sigamos sin poder dar una explicación totalmente acertada sobre la pregunta de qué es el color.
Aunque el color en sí siempre ha existido, la ciencia comenzó a tratar el tema hace tan solo aproximadamente 50 años.

Prosiguió la lección preguntándonos si conocíamos las partes del ojo, y comentando que la fobia es aquella que detecta el color.
En la siguiente diapositiva se podía observar una especie de circulo cromático donde aparecía en cada color un determinado código. Esto se debe a que estábamos ante la tabla Pantone, herramienta que usan los profesionales como diseñadores o publicistas, para identificar exactamente, mediante un código numérico, cada color.

Resultado de imagen de Tabla pantone
Imagen de www.gestiondecolor..es

Después de ver la tabla, comenzamos con unos ejercicios de interacción del color. Ejercicios que me resultaron bastante curiosos, poniendo de ejemplo uno en el que te quedabas observando fijamente un circulo rojo, y al cabo de un minuto, al cerrar los ojos y observar el color blanco, veías su color complementario, el verde.
Después de este interesante juego, continuó argumentando que un color es un color dependiendo del otro que tenga al lado.
En esta imagen se puede observar como el color verde se ve distinto en los dos cuadrados diferentes, se debe a la interacción del color.


Resultado de imagen de interacción del color
imageneso.blogspot.com


El siguiente apartado trataba de la memoria del color, subdividida en los criterios de selección del color, y en la clasificación del color.
Los criterios de selección del color son los siguientes: El contraste visual, la similitud con la realidad, el contexto social y su influencia. Un ejemplo de esto sería el color azul que utilizan ciertas empresas, para detectar a un determinado tipo de público. Y teniendo por último el contenido simbólico.
El siguiente subapartado trataba de la clasificación del color, diferenciando dos variedades de colores, los colores luz, como pueden ser el rojo, el azul y el blanco, que utiliza la síntesis aditiva; y los colores pigmento, que mediante la síntesis sustrativa, da a colores como el negro y los complementarios.
Justo después comenzó a definir que eran los colores complementarios, aquellos secundarios en los que no participa; y los colores adyacentes, aquellos en los que si participa el determinado color. Un ejemplo de color adyacente sería el azul en el violeta, ya que interviene en este junto al magenta.

Tras terminar la explicación teórica, nos comentó la lista de trabajos que deberíamos empezar a elaborar desde aquel momento de clase. Nueve trabajos para realizar en nuestro libro de color, cada uno de un color de la paleta básica, haciendo referencia a una historia, manteniendo un determinado hilo argumental.
Tras comentar estos trabajos, nos añadió una tarea más, la cual trataba de realizar tres ejercicios de imitación del color sobre tres páginas diferentes de la revista Harpers Bazar. Ejercicio el cual había que empezar en clase, y el cual yo no pude comenzar por no tener la revista.

Por lo general, esta clase me ha parecido muy teórica. Los datos que he adquirido me han resultado bastante interesantes, sobre todo los de interacción del color. Pero me ha resultado una clase bastante estresante, puesto que nada más empezar, ya tenemos pendientes una gran cantidad de trabajos. Algo que, por mucha organización que la persona sea capaz de tener, no deja de resultar bastante agobiante.

martes, 20 de septiembre de 2016

Una muestra de color. Segunda clase.

Hoy ha sido un día curioso, sobre todo con respecto a esta asignatura de análisis, tan bien como dice su nombre, del color.
Al entrar por la puerta de clase, vi un muestrario de utensilios y herramientas colocados en torno a un conjunto de botecitos de nueve tipos de color distintos, los acrílicos. Me senté sorprendida, y comencé a disfrutar de lo que me iba a resultar una clase muy gratificante.

Sinceramente esperaba una clase más teórica, pero para mi sorpresa, fue todo lo contrario.
Con ello no quiero decir que no expusiera teoría, pero como bien dice la palabra, nos mostró la teoría a nivel práctico. Una forma de enseñanza que no solo me resulta muy útil, si no que, a mi parecer, muestra un mayor contacto con lo que estamos estudiando.
La enseñanza tradicional y grotesca de donde venimos, nos hace memorizar datos que podrían resultarnos útiles en otro contexto, pero que al intentar aprenderlos de forma tan compacta para el examen, tienen cierta tendencia a olvidarse. Para aprender una serie de contenidos, se deben de llevar a la práctica, se deben de vivir. Y hoy por hoy, pienso que siempre se me quedará reflejado este bonito y didáctico experimento de mezclas.

La profesora comenzó preguntando si conocíamos cuales eran los colores básicos; el rojo, el amarillo y el azul. Tras esta breve incisión, continuó explicando como los diferentes tipos de técnicas de pintura, eran una mezcla de pigmento con un aglutinante. Nos explicó como hacer temple al huevo en casa, con la simple yema de un huevo y una cierta cantidad del pigmento del color que le quisiéramos añadir.
Aprendí también que el oleo es la mezcla de pigmento con aceite de linaza, que las acuarelas están aglutinadas con goma arábiga, y que los acrílicos estaban aglutinados con acetato de polivinilo. El último nombre verdaderamente sencillo de memorizar.

Prosiguió la clase comentando que, en una paleta, hay más colores que deberían de sernos esenciales a la hora de pintar, como bien son; el verde esmeralda, el amarillo limón, el azul ultramar, el rojo carmín o el tierra de sevilla. También nos reveló los nombres de los colores básicos, el amarillo cadmio, el azul ceruleo y el rojo cadmio. Justo después, comenzó la parte más interesante, las mezclas.
Me producía gran satisfacción ver mezclarse aquellos cremosos colores y transformarse mágicamente en otros distintos. A la vez que atendía, mi cabeza tendía a disfrutar divagando sobre el cuándo y el como iba a ponerlos en práctica. Pero esto era lo que me provocaba más ansia de conocimiento sobre aquellas interesantes mezclas.
Imaginaba los paisajes maravillosos que crearía, quizás unos bosques llenos de verde o una maravillosa puesta de sol sobre el mar, haciendo conectar los tonos anaranjados con los azules. O quizás algo más subjetivo como puede ser una simple vibración de colores con objeto de transmitir un mensaje... Apasionante.
Esta es quizás una de las mayores razones por las que soy una apasionada del arte, por lo que estoy comenzando a disfrutar esta carrera.
Me fascina esa capacidad que tiene una imagen, ya sea por sus colores, texturas, por sus trazos o por su simple subjetividad, de transmitirnos un mensaje, una emoción, un pensamiento. El sentimiento de un artista dirigido a miles de personas que podrían emocionarse por una simple mezcla de colores.

Dejando atrás la cursilería, me muestro muy contenta con esta asignatura. No solo con el contenído o la estructuración de la evaluación, si no con la forma de dar clase de la profesora. A la cual se ve que le apasiona, y la cual transmite gran parte de esa pasión a sus alumnos.

Aquí dejo la paleta resultado de las mezclas hechas por la profesora en clase, y esa mezcla final de todos los colores. Una obra de arte.








jueves, 15 de septiembre de 2016

Saber hablar, saber estar, saber exponer. Primera clase.

Comenzó la clase con la frase del día; "Un artista tiene que ser asequible al deshaliento". Algo que me hizo reflexionar bastante sobre mi misma, algo que sigue repercutiendo a día de hoy, retumbando en mi cabeza desde entonces su símil, "cree en ti misma".
Alejándome ya de aquellos pensamientos, la profesora comenzó a dar la primera clase. Para mi sorpresa, nos explicó las bases de un discurso. Sin duda, algo que encuentro verdaderamente interesante, por esa necesidad de expresarnos que tenemos las personas.

Antes de comenzar, nos propuso un ejercicio libre para aquellos voluntarios que se vieran capaces de realizarlo. Nos propuso salir a dar un discurso, sin saber ni el tema, ni como llevarlo a cabo.
Esto por una parte me pareció una gran idea, puesto que sería una forma de quitarme la vergüenza a base de práctica, y de darme a conocer entre mis compañeros. Pero desgraciadamente, llegó la otra parte del dilema, esas miradas clavadas fijamente en mi.
Salimos dos chicas y yo, iniciando el primer intento mi compañera Alba. El tema era la escultura.
Esta comenzó a reírse de forma bastante desvergonzada, y al cabo de unos segundos comenzaron todos a reír con ella. Esto al principio me pareció bastante cómico y absurdo, como si estuviéramos en la cafetería, como si dar un discurso no fuera un ejercicio de seriedad. Pero más tarde me di cuenta de que no estaba completamente en lo cierto. El objetivo es el transmitir un mensaje, mientras se mantiene un cierto contacto con el público.

El caso es, que al cabo de un rato de exponer sus ideas y argumentos sobre el tema, me tocaba a mi.
Ella no tuvo miedo de explayarse, se sentía segura frente al público. Yo al contrario, no puedo decir lo mismo. En mi cabeza estaban todos los argumentos, lo iba a exponer de manera ordenada, junto con una pequeña introducción, una conclusión y una despedida. Todo marchaba bien, hasta que noté que mi postura no era adecuada, que me temblaban las piernas, que estaba rodeada de miradas furtivas esperando comerme... Todo ello junto al deshaliento de no creer en mi misma en situaciones difíciles. Me quedé totalmente en blanco, me agobié, y lo único que ocupaba mi mente eran las ganas que tenía de volver a sentarme.


Tras ese pequeño ridículo, la profesora comenzó a explicar de que factores se componía un discurso. Tras comprenderlo, me di cuenta de que no había mayor dificultad, estaba todo ya pensado para la situación. Las claves que nos proporcionó fueron tres; la comunicación no verbal, la dicción y la organización del discurso. Una breve presentación, un resumen de lo que voy a hablar, el trabajo desarrollado, las conclusiones, el agradecimiento al público, el volumen de voz y elementos de comunicación no verbal como puede ser la postura, que transmita seguridad y tranquilidad, o la ropa.
Tras esta explicación, nos permitió volver a intentarlo. Con un mejor resultado, sin duda.


Esta clase me ha parecido de gran utilidad, puesto que saber dar un discurso es esencial tanto para una persona sencilla, como para aquellos universitarios que planeen sacarse el título. Pero no solo por ello, si no más a nivel personal. Tener seguridad en ti mismo es esencial, no derrumbarte y castigarte cuando haces algo mal, si no aprender de tus errores... "ser asequible al deshaliento".